Asignatura: Lingüística Románica
Segundo curso del Grado de Lengua y Literatura Hispánicas
Profesor: Juan Francisco García Bascuñana
Enero de 2011
Introducción
La noción de partitivo en las gramáticas actuales resulta un concepto de difícil delimitación. Vinculado en su origen al genitivo latino y a la partícula “de”, hoy en día aparece, según las lenguas, bajo la forma de artículo partitivo o de preposición en construcciones partitivas o pseudopartitivas.
Asimismo, las diversas lenguas herederas del latín han adoptado la partícula para usos, en muchos casos coincidentes, pero en otros dispares, que producen interferencias entre ellas.
Un estudio en profundidad de la complejidad del problema del “de” partitivo escapa al alcance de las posibilidades del presente trabajo como lo sería también un análisis sistemático de los distintos usos que recibe según las lenguas. Lo que aquí veremos es una aproximación al problema partiendo del concepto de “articulo partitivo” existente en la lengua francesa para adentrarnos en la complejidad que deriva del uso del “de” partitivo en catalán y castellano.
Los orígenes del “de” partitivo
Los diccionarios etimológicos establecen la presencia de partícula “de” en los primeros textos de cada una de las lenguas. En castellano y catalán, Coromines constata la presencia de esta preposición en castellano en las “Glosas Emilianenses” (Corominas, 1980, Vol. II, p. 428) y, en catalán, en las “Homilies d’Organyà” (Coromines, 1982, Vol III, p. 34). Para el francés, Rey (1993, Vol. I, p. 555) define “de” como “péposition et article partitif” y constata su presencia en los “Juramentos de Estrasburgo”.
Ambos autores explican que la palabra tiene sus orígenes en la partícula invariable latina “de”, que servía para marcar origen, alejamiento, separación, etc
Sin embargo, en Rey también encontramos otra acepción: servía para “marquer l’extraction, une partie prise dans un tout”. En este segundo significado, el de valor partitivo, la partícula tendió a sustituir pronto al genitivo, según expone el propio autor.
El uso del “de” partitivo se difundió a las diversas lenguas derivadas del latín. Sin embargo, no todas la adoptaron en la misma medida y en las mismas construcciones. Así, a diferencia del catalán y del castellano, el francés —como el italiano— desarrolló una categoría especial de artículo, el llamado partitivo, que, a diferencia de los demás artículos, expresa mera partición, como explican Iordan y Manoliu, 1980, Vol. I, p. 251).
El artículo partitivo del francés
En francés actual existen tres tipos de artículos (Delatour et al., 1991, p. 107 y ss.): el definido, el indefinido y el partitivo. Este último es el que se emplea “devant un nom concret u abstrait pour indiquer une quantité indéterminée, une partie d’un tout qu’on ne peut pas compter”. Este artículo adopta la forma “du” para masculino (“manger du pain”) y la forma “de la” para femenino (“avoir de la chance”). En ambos casos se convierte en “de l’” cuando se sitúa delante de una vocal o una “h” muda (“chercher de l’argent”).
Esta gramática advierte que con el verbo “faire” se emplea a menudo el partitivo: “faire du sport, du yoga; faire du violon, de la guitare; faire des études, du droit; faire du théâtre, de la politique...”.
Por otro lado, observamos que no se considera la posibilidad de la forma plural “des”, a pesar de que advierte que en la frase “J’ai mangé des épinards”, el “des” se debe considerar partitivo. Así pues, en frases como “J’ai acheté des roses rouges”, “Nous avons invité des amis à dîner”, o “Je vais prendre des vacances le mois prochain”, el artículo “des” se considera indefinido, no partitivo. Otras gramáticas sí que citan “des” como una de las formas que adopta el articulo partitivo.
Existen diversas circunstancias en las cuales el artículo partitivo se omite:
- Delante de un nombre precedido de una expresión de cantidad: “beaucoup de”, “trop de”, “autant de”, “peu de”, “plus de”, “assez de”, “moins de”, etc.
- Después de la preposición “de” (“une bouteille pleine d’eau”) o delante de un complemento de nombre introducido por “à” o por “de” (“couteau à pain”).
- En las enumeraciones (“Tout est en solde dans ce magasin : jupes, pantalons, chemisiers…”).
- En ciertas locuciones verbales (“avoir envie”, “avoir besoin”, “faire attention”, “rendre service” etc.).
- Después de algunos verbos: (“changer d’avis”, “se tromper de direction, etc.).
- Después de algunas preposiciones (“en été”, “à pied”, “sans issue”, “avec plaisir”, etc.).
Además, el partitivo es sustituido por “de” después de un verbo en forma negativa (“Je ne fais jamais de gymnastique”), incluidas las formas con “sans” (“Il est sorti sans faire de bruit”). Sin embargo, existen excepciones:
- Cuando se quieren oponer dos sustantivos: “N’achetez pas de la margarine, achetez don du beurre!”.
- Después del verbo “être”: “Ce ne sont pas des remarques intéressantes”.
El artículo partitivo en el francés antiguo y el castellano medieval
Hemos visto como, salvo estas excepciones, el uso del artículo partitivo es obligatorio en el francés actual y veremos en el siguiente apartado como este artículo está ausente del catalán y del castellano. Sin embargo, si nos remontamos a la edad media, la situación de las lenguas era muy distinta y fluctuante.
En francés, como hemos visto, la preposición “de” aparece desde los primeros textos, pero no así el artículo partitivo. Bonnard y Régnier (1991, p.19) destacan que este artículo pocas veces aparece en francés antiguo, que utilizaba preferentemente lo que llaman “construction nue”. Como ejemplo citan La chanson de Roland, de finales del siglo XI, donde leemos: “Ceignent espees de l’acert vianeis” (que en francés actual se escribiría: “ils ceignent des épées de l’acier viennois”). Otro ejemplo es de La queste del saint Graal, de principios del XIII, donde aparece “si mangierent pain et burent cervoise” (que sería “ils mangèrent du pain et burent de la bière”).
Los autores recuerdan que el uso de “des, du, de la” se generaliza a partir del siglo XV, después del enmudecimiento de la “s” final del plural. Estas construcciones se remontarían al latín vulgar, en el que la preposición “de” sin artículo asumía incluso el sentido de artículo definido, como se observa en el Viaje de Eteria, del siglo IV, donde se lee “dederunt nobis (…) de pomis” (“nos dieron unos frutos”).
Tritter (1999, p. 32) sitúa el origen de este artículo hacia el siglo XII-XIII: “il se traduit a l’origine par une absence de déterminant. Petit à petit, vers les XIIe - XIIIe s., l’usage se répand d’utiliser la préposition de pour traduire l’idée partitive”.
La regla que rige el empleo de "de” o “des” se va consolidando hasta el s. XVII, como lo explica Tritter (1999, p.100):
La règle moderne es édictée déjà par Maupas, puis reprise par Vaugelas : on doit employer de au lieu de des devant des substantifs précédés d’un adjectif épithète. On doit dire : de bons rois, etc. On trouvera des exceptions à cet usage nouveau tard dans le siècle, dans La Bruyère ou ailleurs. D’intéressantes corrections au cours du siècle peuvent être retenues. Mlle de Gournay, pourtant très attachée à la langue du XVIe s., écrit en 1634 « tels jeux » qu’elle modifie en 1641en « de tels jeux ».
Así pues, el francés pasó de no tener artículo partitivo a consolidarlo plenamente. No siguieron el mismo camino catalán y castellano, que, sin embargo, sí que tienen ejemplos de uso del artículo partitivo en la lengua medieval.
Uno de ellos lo encontramos en el conocido “Prohemio e carta” del Marqués de Santillana (1997, p. 22). Cuando hablando de los trovadores catalanes escribe: “Uvo entre ellos de señalados ombres, así en las invenciones como en el metrificar”. El editor de la obra hace notar (p. 283) que el “de” partitivo aparece en varios textos de Santillana, “pero no pertenece al acervo castellano; ha de explicarse como aragonesismo o influencia francesa”.
El artículo partitivo en catalán y castellano
De acuerdo con la gramática actual, pues, en catalán y castellano no existe el artículo partitivo. Veamos entonces como tratan la traducción del “de” partitivo los diccionarios bilingües.
El diccionario Francés-Catalán de referencia (Castellanos, 2003, p. 242) define al “de” francés como preposición e indica que, cuando su uso es partitivo, no se traduce, sin más explicaciones.
En el Gran Diccionario Francés-Español de Larouse (García-Pelayo y Gross, Testas 1992, p.161) el concepto está un poco más desarrollado.
De entrada, define tres posibles funciones del “de” francés: preposición, “mot de liaison” y artículo partitivo.
Respecto a éste último, advierte que “en général on le suprime” pero establece algunas salvedades:
- se conserva cuando se trata de un “complément partitif défini”:
“donne-moi du vin que tu as apporté” à “dame del vino que has traído”
“manger de tous les plats” à “comer de todos los platos”
- se traduce por “unos” o “unas” cuando equivale a “quelques”
“des enfants jouent dans le jardin” à “unos niños juegan en el jardín”
En realidad, el catalán se comporta de la misma manera que el castellano en los ejemplos citados; cabrá considerar que el diccionario catalán optó por no profundizar tanto, o que el castellano tomó el concepto de “artículo partitivo” en un sentido más amplio. O, las dos cosas al mismo tiempo. Lo cierto es que no es fácil establecer los límites de donde termina el artículo partitivo y empieza la preposición.
Como difuso es también el concepto de “mot de liaison” que utiliza el diccionario para referirse a algunos ejemplos —en unos casos estructuras con infinitivo; en otros, estructuras partitivas con usos pronominales— en los que sí que observamos claras diferencias entre catalán y castellano. En relación a este tipo de “de”, el Larouse advierte:
- se suprime ante un infinitivo o complemento:
“il est bon de dormir” à “es bueno dormir”
“il craint de venir” à “teme venir”
- se suprime ante un adjetivo o un complemento agente o participio pasado:
“pas un moment de libre” à “ni un momento libre”
“il n’y en a pas d’aussi bon” à “no lo hay tan bueno”
“quelque chose de bon” à “algo bueno”
En estas dos últimas estructuras, en las que el castellano suprime el “de”, el catalán lo requiere, mientras que en las dos primeras, en catalán es optativo. En ellas, el “de” no es un artículo partitivo, pero, sin embargo, constituyen estructuras partitivas o pseudopartitivas, a las que sí se refieren las gramáticas del catalán y del castellano, como veremos a continuación.
El partitivo catalán como preposición según la gramática de Badia
La gramática catalana más difundida (Badia i Margarit, 1994) hace referencia al partitivo catalán en el capítulo que dedica a la preposición “de” (p.220). El autor advierte que se trata de una preposición extremadamente rica en posibilidades sintácticas y distingue cuatro grupos de usos: con elementos verbales, con complementos nominales, en relaciones adverbiales y como introductora de las construcciones de “l’anomenat partitiu”. Estas últimas, el autor las destaca como un “factor que contribueix granment a singularitzar la llengua”, refiriéndose seguramente al hecho de que en este ámbito el catalán a menudo se diferencia del castellano.
En efecto, en el apartado dedicado a “la preposició de i les construccions de partitiu” (pp. 222-223), el autor distingue tres posibilidades, según el elemento que introduzca la preposición: (1) un adjetivo calificativo o un posesivo, cuando estos se refieren a un sustantivo representado por el pronombre “en”, (2) un sustantivo utilizado pleonásticamente para expresar así la persona o cosa ya representadas por el pronombre “en”, o (3) la especificación que complementa los cuantificadores “quant”, “molt”, “poc”, “tant”, “bastant”, “prou”, “més”, “menys”, así como adverbios del tipo “gens” o adjetivos o adverbios modificados por un “com”.
En el punto (1) nos encontramos este tipo de ejemplos:
a. “el terme té algunes terres de regadiu, però en té moltes més de secà”
b. “el terme té algunes terres de regadiu, però moltes més de secà”
c. “han aprofitat tots aquells estudis, i també un de teu”
d. “si vols sobres, allí en tenen de quatre menes”
e. “ho preparen dos arquitectes francesos i un d’alemany”
f. “hi ha peces dels segles XII i XIII, i dues de l’XI”
A pesar de que Badia las incluye dentro de un mismo grupo, los “de” que aparecen en estas frases parecen bastante heterogéneos si miramos sus equivalentes en castellano. ¿Por qué para traducir los ejemplos (c), (d) y (e) tenemos que suprimir el “de” y no en el resto de frases?
La razón está en que en los ejemplos (c), (d) y (e) el “de” catalán tiene una clara función dentro de una estructura pronominal, en algunos casos coordinadamente con el pronombre “en”. El castellano forma estas estructuras sin pronombres, como veremos más adelante.
En cambio, en (b), (e) o (f), la función pronominal del “de” ya no es tan evidente, ya que para traducirlas al castellano necesitamos mantener la preposición. Si decimos “hay dos piezas de los siglos XII y XIII, y dos del XI”, entendemos que en la segunda parte de la coordinación se ha elidido el sujeto “piezas”, por lo que la preposición “de” no aparece extraña.
Para el punto (2) encontramos los siguientes ejemplos:
a. “et sobra raó” à “de raó, te’n sobra”
b. “abans de la nit almenys tens quatre trens” à “abans de la nit en tens almenys quatre, de trens”
c. “no vull més amics com aquests” à “no en vull més, d’amics com aquests”
Este tipo de construcciones pleonásticas, que funcionan perfectamente en francés, son imposibles en castellano, que utiliza otros recursos para marcar el énfasis.
Finalmente, en el grupo (3) encontramos los siguientes ejemplos:
a. “quant de vi t’haig de posar a l’ampolla?”
b. “es va fer bastant de mal”
c. “a veure si tenen gens de previsió”
d. “hi falta una mica de sal”
e. “no té gota de vergonya”
f. “vull remarcar com és de decisiu aquest acte d’avui”
g “explica’ns com han quedat de malament”
Aquí nos volvemos a encontrar ante un grupo heterogéneo en lo que respecta a las posibles equivalencias al castellano, pero en este caso se debe a los distintos regímenes de los cuantificadores: en castellano, “cuanto” o “bastante” no rigen “de”, mientras que “algo” o “ni pizca”, sí que lo rigen. Por lo que respecta a los ejemplos (f) y (g), se trata de expresiones enfáticas, para las que vale lo comentado para las del grupo (2).
Las construcciones partitivas con la preposición “de” en francés
Hemos visto como Badia habla de construcciones partitivas con la preposición “de” y las destaca por lo que tienen de característico del catalán. A estas construcciones, sin embargo, en francés no es habitual analizarlas como “partitivas”, adjetivo que parece reservarse exclusivamente para el artículo. Cuando las gramáticas francesas abordan este tipo de construcciones, no se les aplica el concepto de “partitivas” sino que las describen simplemente dentro de los usos de la preposición “de”. Así, entre los posibles elementos que puede introducir las preposiciones “de” y “a”, en Delatour et al. (1991, p. 166 y ss.) se citan algunos ejemplos:
(1) Complemento de un verbo:
a. “Je joue de la guitare”
b. “Il n’a pas réussi à entrer dans cette école
b. “Ce livre appartient à Julien”
(2) Complemento de un adjetivo:
a. “Nous sommes contents de nôtre travail”
b. “Cet article est intéressant à lire”
c. “Ce livre est facile à lire” (pero “Il n’est pas facile d’obtenir un visa pour ce pays”, por tratarse de una construcción impersonal).
d. “Cet appartement est agréable à habiter” (pero “Il est agréable d’habiter dans cet appartement”, por tratarse de una construcción impersonal).
(3) Complemento de un adverbio de cantidad:
a. “Beaucoup de gens ont un chien”
b. “Combien d’habitants y a-t-il dans cette ville ?”
(4) Complemento de un nombre:
a. “La ville de Paris”
b. “Un kilo de sucre”
c. “Un couteau à pain”
d. “Un bateau à moteur”
Lo primero que observamos al comparar estas frases con sus equivalentes en catalán y castellano es que en francés existe una alternancia de preposiciones “à” y “de” en contextos en los que las otras lenguas tienden a utilizar preferentemente la preposición “de”.
Otro aspecto interesante de esta lista es que nos permite constatar lo poco definidos que son los límites entre el concepto de artículo y el de preposición. Así lo observamos en la primera frase (1a): si antes hemos visto que el “de la” en “faire de la guitarre” es considerado un artículo partitivo y, sin embargo, se considera una preposición en “jouer de la guitarre”.
También observamos que en algunos casos, la lengua castellana forma las estructuras equivalentes sin la preposición “de”, mientras que el catalán puede formarlas opcionalmente igual que el francés: es el caso de las estructuras impersonales que contienen un verbo en infinitivo, como observamos en (2c) y (2d):
“no es fácil obtener un visado para este país” / “no és fácil (d’)obtenir un visat per a aquest país”
“es agradable habitar en este piso” / “és agradable (d’)habitar en aquest pis”
Por lo que respecta a los adverbios de cantidad (3), observamos que los hay que rigen preposición “de” en francés, a diferencia de sus equivalentes en catalán y castellano: “beaucoup” sí, pero “molts” y “muchos” no. En cambio, hay otros como “combien”, que reproducen una situación similar a la de las frases impersonales: en castellano no rigen preposición, pero en catalán pueden llevarla opcionalmente (como analizaremos más adelante). Esto se observa en las traducciones de (3b):
“¿cuántos habitantes hay en esta ciudad?” / “quants (d’)habitants hi ha en aquesta ciutat?”
Las construcciones partitivas y pseudopartitivas en castellano
Anteriormente hemos visto como el castellano utilizó en algún momento el artículo partitivo pero que no se consolidó. Lo que sí que existe es el “de” preposición con valor partitivo. La Real Academia de la Lengua (2009) aborda en su gramática el tema de las construcciones partitivas (pp. 1441-1454) dentro de los capítulos dedicados a los cuantificadores. Según su definición, “la mayor parte de los cuantificadores que presenta usos pronominales pueden aparecer en construcciones partitivas en las que se combinan con un grupo nominal definido encabezado por la preposición de” (p. 1441).
Así, según la RAE, en el sintagma “muchas de las ideas defendidas”, encontramos una “complemento partitivo” (o “coda partitiva”) constituido por el segmento “de las ideas defendidas”. Todos los casos descritos en esta gramática se caracterizan por no presentar variación en catalán o francés: se trata de estructuras que rigen la utilización de la preposición “de” en las tres lenguas.
Sin embargo, la RAE (p. 1448) distingue de ellas las “construcciones pseudopartitivas”, que son las “formadas por sustantivos o grupos nominales no definidos (infinidad de detalles, un centenar de libros…) o por cuantificadores (algo de pan, un poco de agua)”.
Estas construcciones pseudopartivias son las más interesantes para la comparación con el francés y el catalán, porque en ellas encontramos divergencias, que son de dos tipos.
El primero tiene su origen en las distintas formas gramaticales que utilizan las lenguas para expresar un mismo significado. Como explica la RAE, estas construcciones “se asimilan en su significación a las constituidas con cuantificadores adjetivales, de modo que un centenar de libros tiene un significado semejante a cien libros (y no a la construcción partitiva cien de los libros); algo de pan se acerca, análogamente, en su estructura sintáctica a poco pan” (p. 1448).
En este ejemplo, vemos como en “algo de” se asemeja a “poco”. De una forma análoga constatamos que formas francesas como “beaucoup de” tienen equivalentes en catalán y castellano que se construyen si “de”.
El segundo tipo de divergencias que proporcionan las pseudopartitivas es el que se produce cuando se produce una dislocación del complemento preposicional. La RAE (p. 1450) constata que, cuando se trata de construcciones partitivas, no se presentan problemas (“De las soluciones propuestas, ninguna es convincente”), pero cuando se trata de construcciones pseudopartitivas, el castellano no puede desgajarlas:
muy difícilmente puede hacerlo en las estructuras pseudopartitivas (*De harina, algo se había derramado por el piso; *De manifestantes, cientos se acercaban al centro de la ciudad; *De agua, varios litros se escapaban por la fisura). (…) En español se admiten estos sustantivos como tópicos: Agua, no tenemos; Dinero, no puede decirse que le falte. En general, los complementos característicos de las estructuras pseudopartitivas se admiten en esta construcción en español, pero sin marca formal de partitividad en el grupo nominal inicial: Vino blanco, raramente toma algún vaso; Mentiras, ya me ha dicho un montón; Manifestantes, habría casi medio centenar.
Aquí observamos una clara diferencia del castellano con respecto al francés y el catalán, donde sí que aparece el “de”.
La consecuencia de esta discordancia es la influencia que ejerce el catalán sobre el castellano hablado en Cataluña. Así lo remarca Sánchez-Reyes de Palacio (2008, p. 35), cuando se asegura que en Cataluña
se escuchan frases como “los hay de caros y de baratos” o “de vacas hemos visto pocas”. Estos ejemplos son incorrectos porque no se está hablando de una parte de una cantidad sino de un número indeterminado. Este uso del partitivo existió en el español antiguo y, aunque hoy en sólo se mantiene en el francés y en el catalán, quedan restos en castellano en frases hechas como dar “de bofetadas”, “de palos” o “de cuchilladas”.
No se trata, sin embargo, de un “artículo partitivo” que, como hemos visto, tampoco existe en catalán. Este “de” imposible en castellano tiene en realidad una función pronominal, resultado de una dislocación. Así lo ponen de relieve Bosque y Gutiérrez-Rexach (2009, p. 687) que explican que cuando un constituyente máximo de una oración es dislocado, éste se relaciona con el correferente de la oración matriz a través de un pronombre átono o uno nulo. En el caso del castellano, cuando el constituyente dislocado es otro complemento o un adjunto, no hay un correlato visible en la oración, ya que esta lengua carece de clíticos partitivos. Así lo constatamos con el ejemplo que ponen los autores:
“Estoy segura de que, manzanas, Pedro come todos los días”.
Tanto en francés como en catalán, el complemento directo desplazado iría precedido de un pronombre partitivo:
“Estic segura que, de pomes, el Pere en menja tots els dies”.
“Je suis certaine que, des pommes, Pierre en mange tous les jours”.
Sin embargo, los límites del uso pronominal propio de las construcciones pseudopartitivas y el simple desplazamiento del complemento preposicional tampoco son fáciles de diferenciar. La misma RAE (pp. 1450-1451) encuentra ejemplos de construcciones pseudopartitivas castellanas que mantienen el “de” cuando se desplaza el complemento: cuando el “de” precede a nombres no contables con verbos “hacer, tener, quedar” y otros semejantes. El ejemplo que da es: “De agua potable, solo quedan dos litros”. Si comparamos el catalán y castellano observamos que, por un lado tenemos:
No queda agua potable à Agua potable no queda
No queda aigua potable à D’aigua potable, no en queda
Pero sin embargo:
Quedan dos litros de agua potable à De agua potable, quedan dos litros
Queden dos litres d’aigua potable à D’aigua potable, en queden dos litres
El catalán —como el francés— al producirse el desplazamiento del complemento directo genera un “de”+”en” —“y” en francés—, mientras que el castellano no genera ningún pronombre. En cambio, cuando lo que se desplaza es el complemento preposicional partitivo, el castellano arrastra el “de”, mientras que catalán y francés generan una estructura muy similar a la anterior.
La presencia fluctuante del “de” partitivo en catalán
Cuando hemos abordado las construcciones pseudopartitivas en castellano hemos visto como algunos hablantes de esta lengua construyen giros propios de la lengua catalana, que la RAE no considera aceptables. Pero, como es lógico, si la influencia del catalán sobre el castellano es percibible, la del castellano sobre el catalán lo es aún mucho más.
En el apartado anterior hemos visto ejemplos de frases formadas con constituyentes desplazados en los que el uso del “de” no es posible en castellano pero es obligatorio en catalán. La realidad es que en estos casos, las formas calcadas del castellano —en las que los pronombres átonos están ausentes— se generalizan en el habla informal y traspasan en algunos casos a niveles de formalidad superiores, a pesar de no ajustarse a la normativa. De hecho, este tipo de construcciones corren la misma suerte que las demás que se forman con pronombres átonos.
Hay otros casos en los que la propia normativa catalana ha decido aceptar la optatividad del uso del “de”. En el capítulo dedicado al sintagma preposicional de la Gramàtica del català actual (Sancho Cremades, 2002, pp. 1689-1796) aparecen gran cantidad de ejemplos de uso del “de”. Aquí observamos que en muchos de los casos en los que el castellano prescinde del “de”, pero en los que el catalán tradicionalmente se había utilizado —como sigue haciéndolo el francés—, la gramática describe su uso como potestativo (p. 1747):
“Aquests estudiants m’han donat molts (de) disgustos”,
“Quants (de) maldecaps!”,
“Posa’m més (de) suc i no em posis tant (de) vi”,
Son ejemplos que corresponden a construcciones pseudopartitivas con un “de” (opcional) detrás de cuantificadores. La característica común es que los equivalentes inmediatos de estos cuantificadores en castellano no llevan “de”. La misma gramática describe casos en los que el “de” sí que es obligatorio:
“Posa’m una mica de vi”
“L’Enric no té gota de paciencia”
“Porta’m un tros de torró”
Naturalmente se trata de cuantificadores que en castellano también necesitan el “de”.
Conclusiones
El adjetivo “partitivo” en gramática se asocia sobre todo a uno de los tres tipos de artículo que existen actualmente en francés. Se trata de un artículo que no existe en catalán ni en castellano; en estas lenguas normalmente no se utiliza artículo alguno para traducir el partitivo francés, con algunas excepciones.
Sin embargo, el concepto “partitivo” no está ausente del análisis gramatical en catalán y castellano. Existen construcciones llamadas partitivas o pseudopartitivas, cuyo apelativo está directamente relacionado con el que los franceses utilizan para su artículo: denotan “extracción de una parte”.
Es interesante comparar este tipo de construcciones en francés, catalán y castellano, ya que generan a menudo formas distintas según las lenguas, que interfieren entre ellas. Sin embargo, si intentamos analizar en qué casos la utilización del “de” partitivo presenta disimilitudes entre estas tres lenguas, nos podemos encontrar ante una casuística notablemente amplia, que convendría abordar en un trabajo más amplio.
A partir de los datos provisionales obtenidos de la comparación de distintas gramáticas hemos constatado la importancia de las interferencias que se producen entre las lenguas en lo que se refiere a construcciones partitivas. En efecto, a pesar de que las lenguas hoy en día están más fijadas que en la edad media, existen ámbitos más sujetos a las fluctuaciones y las influencias mutuas. Vemos pues que el de la utilización del “de” partitivo es uno de ellos.
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